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el 19 diciembre 2021

La represión se da cuando un pensamiento, afecto, idea o representación nos resulta intolerable y nuestro psiquismo lo expulsa fuera de la conciencia. Sin embargo, el alejarlo de nuestra conciencia no significa que haya desaparecido. Ahora, esas representaciones van a estar realizando su influencia en nuestra vida desde nuestro inconsciente.

        Para entender mejor este fenómeno y su relación con el síntoma nos vamos a valer de un ejemplo que inventa Freud en 1909 en una de las conferencias que ofrece al público general en la Clark University, de Worcester, Massachusetts. Como símil toma la situación en la que se encuentra la sala del auditorio. La sala está en calma pero de repente una persona le distrae porque empieza a hacer ruido, de manera impertinente habla, se ríe y hace un molesto golpeteo con los pies. Entonces, Freud, el conferenciante, dice que en esas circunstancias no puede seguir la conferencia. Por lo que se levantan unas cuantas personas y, tras un poco de lucha, expulsan al barullero de la sala. Ahora está “desalojado” (reprimido) y Freud puede continuar con su charla. Si bien para asegurarse que la molestia no se repita, en el caso de que quisiera volver a la sala, colocan unas cuantas sillas en la puerta y se quedan algunas personas a modo de “resistencia”. Si pensamos en los lugares dentro de la sala de conferencias-fuera de la sala de conferencias como localidades en lo psíquico consciente-inconsciente, tenemos representado el proceso de represión.

        Y ahora vamos a ver cómo desde la represión se puede llegar a la formación del síntoma. Siguiendo con el ejemplo, supongamos que no ha sido suficiente con desalojar al barullero y colocar a los guardianes en la puerta. El expulsado, ahora en la puerta, sigue persistiendo en hacerse notar, además ahora sin ser controlado por nadie.  Se dan cuenta de que el hecho de que ya no esté en la sala no significa que se hallan librado de su presencia, de su risa irónica y observaciones a media voz. Podríamos decir, que el esfuerzo de desalojo (proceso de represión) no ha sido exitoso, ya que ahora, fuera de la sala está dando un espectáculo insoportable y sus gritos y golpes molestan todavía más que cuando estaba en la sala. Aquí tendríamos al síntoma.

        Imagínate si el Presidente de la sala hace de mediador, habla con el revoltoso de fuera y con el conferenciante para llegar a una solución que valga a ambas partes. Con este acuerdo, le dejan reingresar en la sala, cancelando el esfuerzo de desalojo y de esta manera vuelve a reinar la paz en la sala. El presidente estaría haciendo lo que se hace en el proceso de terapia.

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