Cuando acudimos a terapia individual, lo hacemos buscando un espacio propio que nos ayude a entender lo que nos conflictúa.
El motivo de la demanda en terapia individual es muy variado: patrones de comportamiento disfuncionales, conflictos con otras personas, un mejor conocimiento de sí mismo/a...
En cualquier caso, tomamos las riendas de la situación y asumimos la responsabilidad de mejorar nuestra vida y, como consecuencia, aportar salud en nuestras relaciones.