Huele a madera, a bosque. A lo lejos, Ottawa empieza a iluminarse. Está anocheciendo.

Nos encontramos viviendo un momento extraño, inmersos en una etapa preocupante...

¿Estamos preparados para asumir la verdad? ¿Nuestra verdad?...

Nos invade una búsqueda incesante de nuevos horizontes. Explorar, descubrir lo nuevo, aquello que ahora no tengo.

Ya está amaneciendo. Dentro de un momento sonará la alarma de mi móvil, pero ya hace rato que me desperté.

aquella mañana había un silencio extraordinario

Despertarme. Relacionarme. Trabajar. Vivir.

Sí, hay cosas que se nos dan fatal hacerlas. ¿Y?

Lo ideal es tan inigualable, tan insuperable, que a veces preferimos quedarnos ahí antes que “bajar” a la realidad.

Café, ventana abierta para escuchar a los pájaros que ahora campan a sus anchas, que se hacen oír más -o al haber menos ruido de coches se permite escucharles mejor...

Tomo prestado el título de aquella famosa película de James Bond de principios de los ochenta para darle nombre a este post.

Esta crisis pasará a la historia de la humanidad. Si no aprendemos mucho y rápidamente de esto, el próximo virus será mucho más dañino si se propaga por el aire.

Ahí van unos comentarios al respecto del liderazgo personal y algunas pinceladas teóricas en la gestión de grupos y equipos.

“Llego a casa y mis padres me preguntan qué tal me ha ido hoy en clase. Les digo que como siempre. Me vuelven a decir que me notan con el semblante serio y yo también les vuelvo a decir que es por los estudios, que me agobio un poco..."