aquella mañana había un sosiego extraordinario
habían callado los ruidos de la calle y de casa
el fondo magnético de los electrodomésticos
el discurrir en remolinos de mi pensamiento
todo estaba en silencio…
no había ya de qué hablar
la decisión estaba tomada
la responsabilidad asumida
la salida de emergencia señalizada
no quedaban discusiones pendientes
ni matices ni presiones ni argumentos
cuando tomé la resolución
de hacerme cargo de mis deseos
y de cada una de sus consecuencias
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