Sí, hay cosas que se nos dan fatal hacerlas. ¿Y?

Me gustaría revisar este tema porque me encuentro muchas veces en la consulta con pacientes con una elevada autoexigencia, ya sea por su carácter y manera de funcionar en la vida como por aquello que han aprendido o “mamado” de su familia o, más bien, por ambas cosas.

Si analizamos con más detalle las interacciones entre lo que nos gusta hacer y lo que se nos da bien, caben distintas posibilidades.

• que se nos dé bien y, además nos guste hacerlo.
• que se nos dé bien y no nos despierte ningún interés.
• que no se nos dé bien y nos importe un pimiento porque no nos gusta.
• que no se nos dé bien y nos guste mucho hacerlo.

Me quedo con la última: cuando somos muy conscientes de que algo no se nos da bien, pero que, aún así, nos gusta hacerlo. Aquí cabrían dos posibilidades.

Una, que nos encante hacerlo y nos traiga al pairo si somos buenos o no en esa materia porque la disfrutamos igualmente. Por ejemplo, a mi gusta cantar y es difícil reconocer de qué canción se trata cuando lo hago, pero os confieso que no me freno por ello.

La otra posibilidad es cuando nos gusta mucho, pero nos cuesta aceptar que lo hacemos mal. Aquí es donde entra en juego la autoexigencia, que puede derivar en esforzarnos y aprender la manera y forma de mejorar y sería la opción saludable, si somos realistas a la hora de saber hasta dónde podemos llegar. O empeñarnos en que querer ser buenos en esa materia (o los mejores, ya puestos) y no aceptar de ninguna de las maneras la frustración de no llegar a esas metas. Podemos ver muchos ejemplos al respecto en cualquier deporte, bailar, hacer fotos, pintar...competir con uno mismo.

Si nos exigimos tanto, quizá nos pase factura y algo que era, en potencia, un disfrute, una manera de disfrutar, se convierta en algo detestable por la cantidad de energía, tiempo e incluso dinero que hemos invertido. Y nos podemos confundir, creyendo que no nos gusta cuando, en realidad, es que no hemos llegado a cubrir esas expectativas que teníamos y que tanto nos cuesta modular.